Como ya es costumbre y sin nadie a quien culpar
(además de a la falta de tiempo), el blog suele estar un tanto abandonado y con
eso de que el mundo se iba a terminar, pues había que concluir con todos los
pendientes, que en realidad nunca se terminan por dos sencillas razones: a
diario se siguen acumulando y siempre damos prioridad a lo urgente (en
ocasiones parecido a lo que sucede en la escalada… nos urge encadenar un
proyecto para pasarnos con prisa al siguiente).
Paroxismo, justo el pegue del encadene, poniendo cintas (Red Point) |
Como en realidad no se trataba del fin del mundo sino
del inicio de un nuevo ciclo, hemos preferido aprovechar el tiempo de una
manera distinta pero sin dejar de escalar; pusimos el freno de mano, la marcha
en neutral y hemos echado una mirada por el retrovisor para ver lo que se ha
quedado atrás y en ocasiones hasta cierto grado en el olvido.
Grandes zonas, excelentes escuelas y rutas
inigualables que nos recuerdan que no todo el tiempo los números y las letras
fueron lo más importante; definitivamente lo han sido y lo seguirán siendo, es
parte de la evolución natural, pero más importante que el grado, recuerdo la
importancia de los nombres de las rutas y de la aventura implícita que había en
ellas. Hace un par de días le dije a Quetzali que hacía mucho tiempo no me
emocionaba tanto encadenar un 5.11c y aunque seguramente pensó “este guey ya dio el viejazo”, después de
hacer otras rutas estoy seguro que comenzó a entender mucho mejor a lo que me
refería.
Ataque psicológico (toda una anécdota el por qué del nombre) |
Rutas deportivas pero con cierto toque de aventura (y
por qué no decirlo, en ocasiones de riesgo también). Eran otros tiempos y otras
las motivaciones, ni mejores ni peores a lo que predomina hoy en día, solamente
diferentes. Me ha hecho hasta pensar que en cierta medida el “miedo a volar” es
un valor heredado. Y digo un valor porque muchas veces era justamente ese miedo
a caer (con plena justificación) lo que te llevaba a encadenar la ruta, sano y
salvo aunque con una taquicardia mortal y una falta de azúcar que ni diez
Chocotorros podían compensar.
El Segundo Dínamo es un gran ejemplo de ello, fue al
menos en la zona centro del país quizá uno de los parte aguas que dio inicio a la expansión y desarrollo de nuevas
zonas deportivas; en mi opinión, sin duda una de las mejores escuelas y la cual
no debería faltar en la agenda de las nuevas generaciones. Cuando dejamos de
visitar ésta zona fue pensando en buscar dificultades aún mayores, escalar 5.13,
5.14, digamos que fue con el objetivo de “titularnos” en la materia de Escalada
Deportiva, pero después de hacer 5.14b y estar probando 5.14c, creo que es buen
momento de regresar de vez en cuando a los Dínamos para hacer un posgrado en “Aprendiendo
a pisar finito” y la maestría en “No me quiero caer, nivel 2”.
Paroxismo hace algunos ayeres. |
Un poco de escalada con un ligero toque de aventura va
bien para comenzar éste nuevo ciclo, rutas en las que las placas se separan los
metros suficientes como para pensar por qué no hay una o dos placas intermedias,
rutas en las que la primera placa está a la altura del crux de “La Llorona” (14
metros aprox.), rutas en las que primero haces el paso duro y luego proteges,
en fin, como dije antes, ni mejores ni peores, solamente diferentes (y bien equipadas
de acuerdo a la época en que se armaron).
Aún recuerdo mi época de Alex Honnold (mega extra
recontra súper REGIÓN 4x8) en la que se me ocurrió solear “Bandidos de Río Frío”
o “Socialismo o Muerte” además de varios dieces y onces fáciles, que ahora que
las repetí bien encordado me pregunté… ¿En qué estaba pensando? Como también
dije antes, eran otros tiempos y otras mis motivaciones.
Con Carlos García "Mac"; a la dercha El Diedro Negro, Visión del Movimiento y Residuos Tóxcos. |
En fin, seguiré buscando titularme en la materia de Escalada
Deportiva durante todos los años que implique dar el “viejazo”, porque es claro
que aún tengo el objetivo de encadenar 5.14c, 5.14d y lo que se deje, pero
siempre es bueno mirar hacia atrás de vez en cuando y recordar lo mucho que nos
gusta y nos apasiona encadenar rutas, pero sobre todo vivir aventuras.
Con más años y menos pelo, disfrutando la vista desde Solaris. |
Que buena idea y relax volver a las antiguas paredes que son una excelente escuela, felicidades por darte el tiempo, recuerdo mucho el cuarto dinamo pero me dicen que es una zona insegura para ir a escalar... Te mando un saludote agradecimiento y felicidades de nuevo.
ResponderEliminarHoracio Mendoza Walldez