lunes, 15 de febrero de 2016

¿De regreso a las competencias?

Al cumplir 41 años decidí “inventarme” un proyecto que me ayudara a permanecer motivado, pero sobre todo que me empujara hacia terrenos poco transitados. Es decir, no sólo seguir llevando mi escalada tan lejos como me sea posible, sino también probar nuevas vertientes, volver a poner en práctica las que habían quedado en el baúl de los recuerdos y aprovechar todo lo que resulte de utilidad para seguir creciendo.


Enfocado al 100% en el proyecto de TOKA la escalada pensé que tendría más tiempo libre que antes, pero la verdad es que afortunadamente sigo tan ocupado como siempre y eso me ha hecho seguir optimizando al máximo mi tiempo. Y aunque aún no regreso en forma a mi entrenamiento habitual, empiezo a ver resultados positivos.


Hace unas semanas logré el 3er ascenso de “Doomsday”, una línea que sin duda se convertirá en uno de los clásicos de Jilotepec. Al principio todo apuntaba que sería un nuevo 5.14a de la zona, pero creo que el tiempo lo consolidará como un 5.13d brutalmente divertido; y es que en lo personal prefiero los 5.13d duros, que los 5.14a “fáciles” (si se les puede llamar así).


Y para dar continuidad a mi proyecto 40+1, recibí una propuesta que formaba parte de mis planes a retomar, pero he de reconocer que llegó sorpresiva y repentinamente, casi casi de rebote (o mejor dicho de rebote). Me invitaron a participar en la competencia de exhibición del 1er Abierto de Bloc-E en la categoría PRO. Siempre he pensado que las buenas oportunidades no son las que se presentan, sino las que se aprovechan, así que decidí aprovechar la oportunidad de participar con algunos de los escaladores más fuertes de México en la modalidad de boulder, que definitivamente no es mi especialidad.


Tenía prácticamente 13 años sin competir formalmente y menos compartiendo la categoría con tremendas máquinas, quienes en dicha modalidad no sólo me pueden doblar la fuerza, sino que además casi les podría doblar la edad. Pero desde que recibí la invitación mis objetivos fueron bastante claros: DIVERTIRME (como nunca antes en una competencia, porque en realidad nunca las disfruté y por eso me alejé de ellas); APRENDER ALGO NUEVO (toda experiencia debe traer consigo aprendizaje); y DAR LO MEJOR DE MI (si no, para qué ir).


Definitivamente cumplí mis objetivos e incluso superé mis expectativas. Tal y como lo leí alguna vez: “Las manos en la roca, los pies en el suelo”. Para poder ganar se tendrían que haber alineado los astros como 2 mil veces, pero para superarme a mí mismo sólo fue necesario decir sí a la invitación. A mis 41 años me divertí como niño en feria, me traje nuevas enseñanzas a casa y sé que di lo mejor que tenía ese día. Pero lo mejor, fue que pude compartirlo con quienes más amo en ésta vida.


Gracias má (y familia) por seguir creyendo en mí y en mi escalada; gracias TUTU por siempre estar ahí; y gracias a mí mismo por darme la oportunidad de no tener miedo a fallar.