martes, 8 de julio de 2014

¿Lo sabía…?

Hace un par de semanas, lo que inició como un viaje de trabajo terminó como un gran recordatorio… ¿Lo sabía…? Sí, desde luego que lo sabía.

De regreso, con el famoso libro ¿Lo sabía...?
Tuve la oportunidad de ir a un evento que en ésta ocasión he de reconocer, afortunadamente no era de escalada, de lo contrario el efecto hubiera sido distinto. Se trataba de algo denominado “Running Weekend”, en donde no sólo pude convivir con personas que a su manera también comparten el amor por las montañas, sino que además tienen un alto compromiso con su pasión y sus sueños, eso sin mencionar que también son grandes atletas y grandes personas.

Pura máquina, Chicho, Kari, Ché, Clau, Cone y Santi.
La última vez decía que “había que viajar ligero para regresar cargado” y sin duda no fue la excepción, el estar cerca de personas que no viven soñando, sino que sueñan viviendo es enriquecedor. Nos ayuda a ver por rendijas olvidadas y nos hace recordar que no es algo nuevo, sino que es algo que ya sabíamos, que ya sabemos y que solamente es necesario echar leña nueva al fuego.

El gran Ché, un apasionado total.
Pero también es importante estar abierto a cosas nuevas y entender que lo que más nos apasiona no lo es todo, al menos no para todos y eso es muy bueno. Si no hubiera otra cosa más que la escalada, ya no habría rutas nuevas por descubrir o paredes vírgenes por escalar, todo ya estaría hecho y sólo nos quedaría formarnos en interminables filas para subir por caminos ya mil veces recorridos.

Santi encadenando el Domingo pasado.
Afortunadamente no todo es la escalada y gracias a eso podemos escuchar las canciones que nos motivan (que algún apasionado de la música escribió), disfrutando de un delicioso café (que algún apasionado de la cocina preparó), mientras juntamos nuestro equipo (que algún apasionado de la ingeniería diseñó), para ir en busca de un nuevo sueño… ésta vez de nuestro sueño y no del de otro apasionado.

La Miss
Después de ese viaje hasta mi larga lesión de los codos me parece más llevadera. Regresé a escalar, motivado como siempre, con ganas de apretar y de dar un pegue más… siempre uno más. Lleno de energía para disfrutar de los encadenes de los demás, compartir betas y sobre todo seguir cerca de las personas que como decía antes, sueñan viviendo. Eso siempre reanima y motiva a que jamás te alejes de tus propios sueños.