domingo, 30 de diciembre de 2012

Mis primeros tenis de escalada, unos Tenis Toño.

Quizá para muchas personas el nombre de Antonio Ramos dentro de la escalda no les diga mucho, pero si hablamos de Tenis Toño la historia cambia radicalmente, porque entonces lo extraño sería quien no haya escuchado hablar de él. Aunque seguramente me contó la historia, francamente no recuerdo como llegó a la escalada, pero de lo que si estoy seguro es que llegó mucho antes que la mayoría de nosotros.

Debo haberlo conocido alrededor de 1990 ó 91, como muchos de nosotros, la razón es que andaba en busca de unos tenis de escalada. En ese tiempo no era sencillo conseguirlos, no había tiendas especializadas en México y tampoco había internet como para encargarlos por ese medio. Pero sin duda, una de las primeras cosas que escuchabas, era que podías conseguir unos Tenis Toño.  Y así fue que lo conocí.

Escalando en el Ajusco con mis primeros Tenis Toño (rosas).
Recuerdo que mis primeros tenis me los regaló un buen amigo y  también recuerdo haberle dicho que los quería rosas, así es, rosas. Para los de mi generación (o anteriores) no hay nada raro en escuchar que quería fueran de ese color, pues en esos tiempos para estar “In” tenías que usar mallitas de colores (mientras más chillones los colores mejor) y que todo tu equipo, incluyendo los tenis, fueran de color morado, rosa, amarillo, etc. En pocas palabras, que no pasaras desapercibido.

Y así fue, unos días después llegaron mis primeros tenis de escalada, rosas como los había pedido. En ese tiempo solo era necesario dibujar tu pie en una hoja de papel y Toño se encargaba del resto. Antonio Ramos, Toño, Toñiux, era un singular artesano/zapatero, hacía los tenis de principio a fin prácticamente con sus manos y unas cuentas herramientas rudimentarias.

Compitiendo en el Plan Sexenal con mis Tenis Toño (rosas).
Su pequeño taller, ubicado en la parte trasera de su casa contaba con lo necesario, diversas hormas de madera, una buena cantidad de piel de diferentes colores, cámaras de llanta de avión, resistol 5000, una máquina de coser y un pequeño esmeril. Pero ahí lo realmente importante, lo indispensable, era su talento. Era un deleite ver la facilidad con la que modificaba las hormas, el cómo trazaba los diseños en la piel, como cortaba el hule con una segueta, en fin, cómo le daba vida a un calzado tan especializado.

Quizá para mí lo más sorprendente era ver la gran pasión con la que lo hacía y como se esmeraba en mejorar lo que de por sí ya era un gran producto. Por alguna razón digamos que me adoptó como su Conejillo de Indias (por lo cual le estaré por siempre agradecido); comenzó regalándome un par y pidiéndome que los probara para ver qué se les podía mejorar y después de ese primer par, vinieron muchos más años y más pares, siempre experimentando, siempre mejorando.

Pangea, Potrero Chico con Tenis Toño.
Podría escribir hojas y hojas sobre Antonio Ramos, sobre Tenis Toño, sobre Toñiux, pero estoy seguro de que solamente soy uno más de los cientos y cientos de mexicanos que podríamos contar un sinfín de experiencias que vivimos con él o incluso sin haberlo conocido, pero que con sus tenis cada uno de nosotros escaló sus propias cumbres. Quizá hoy en día, todavía somos muchos más los que con orgullo podemos decir que nuestros primeros tenis, fueron unos Tenis Toño.

Te fuiste tú Toñiux, casi en el anonimato, pero tus tenis se quedarán por años alcanzado cimas, alcanzado sueños. Como dije antes, tus tenis tenían algo de piel, algo de hule y unas cuantas costuras, pero sin duda, tenían mucho pero mucho corazón.

En el Centro Ceremonial Otomí probando un nuevo diseño.
Ansioso por probar un nuevo modelo en el Rincón de los Venados.
En La Huasteca con el buen Repollo y Tenis Toño.
Compitiendo en la UPAEP, Puebla. Con Tenis Toño.
Paroxismo, 2do Dínamo con Tenis Toño (combinando con el short)
Haciendo bloque en Plutonia, Potrero Chico, con los tenis y la playera bien puesta.
Cumbre de Sendero Luminoso, Potrero Chico. Mis Tenis Toño preferidos.
En una clásica de El Diente, Sortilegios, con Tenis Toño.
Otra clásica en el 1er Dinámo, con Tenis Toño.
Haciendo bloque en el Ajusco con Tenis Toño.

viernes, 28 de diciembre de 2012

De regreso a los inicios, el Segundo Dínamo.


Como ya es costumbre y sin nadie a quien culpar (además de a la falta de tiempo), el blog suele estar un tanto abandonado y con eso de que el mundo se iba a terminar, pues había que concluir con todos los pendientes, que en realidad nunca se terminan por dos sencillas razones: a diario se siguen acumulando y siempre damos prioridad a lo urgente (en ocasiones parecido a lo que sucede en la escalada… nos urge encadenar un proyecto para pasarnos con prisa al siguiente).

Paroxismo, justo el pegue del encadene, poniendo cintas (Red Point)
Como en realidad no se trataba del fin del mundo sino del inicio de un nuevo ciclo, hemos preferido aprovechar el tiempo de una manera distinta pero sin dejar de escalar; pusimos el freno de mano, la marcha en neutral y hemos echado una mirada por el retrovisor para ver lo que se ha quedado atrás y en ocasiones hasta cierto grado en el olvido.

Grandes zonas, excelentes escuelas y rutas inigualables que nos recuerdan que no todo el tiempo los números y las letras fueron lo más importante; definitivamente lo han sido y lo seguirán siendo, es parte de la evolución natural, pero más importante que el grado, recuerdo la importancia de los nombres de las rutas y de la aventura implícita que había en ellas. Hace un par de días le dije a Quetzali que hacía mucho tiempo no me emocionaba tanto encadenar un 5.11c y aunque seguramente pensó “este guey ya dio el viejazo”, después de hacer otras rutas estoy seguro que comenzó a entender mucho mejor a lo que me refería.

Ataque psicológico (toda una anécdota el por qué del nombre)

Rutas deportivas pero con cierto toque de aventura (y por qué no decirlo, en ocasiones de riesgo también). Eran otros tiempos y otras las motivaciones, ni mejores ni peores a lo que predomina hoy en día, solamente diferentes. Me ha hecho hasta pensar que en cierta medida el “miedo a volar” es un valor heredado. Y digo un valor porque muchas veces era justamente ese miedo a caer (con plena justificación) lo que te llevaba a encadenar la ruta, sano y salvo aunque con una taquicardia mortal y una falta de azúcar que ni diez Chocotorros podían compensar.

 El Segundo Dínamo es un gran ejemplo de ello, fue al menos en la zona centro del país quizá uno de los parte aguas que dio inicio a la expansión y desarrollo de nuevas zonas deportivas; en mi opinión, sin duda una de las mejores escuelas y la cual no debería faltar en la agenda de las nuevas generaciones. Cuando dejamos de visitar ésta zona fue pensando en buscar dificultades aún mayores, escalar 5.13, 5.14, digamos que fue con el objetivo de “titularnos” en la materia de Escalada Deportiva, pero después de hacer 5.14b y estar probando 5.14c, creo que es buen momento de regresar de vez en cuando a los Dínamos para hacer un posgrado en “Aprendiendo a pisar finito” y la maestría en “No me quiero caer, nivel 2”.
Paroxismo hace algunos ayeres.
 Un poco de escalada con un ligero toque de aventura va bien para comenzar éste nuevo ciclo, rutas en las que las placas se separan los metros suficientes como para pensar por qué no hay una o dos placas intermedias, rutas en las que la primera placa está a la altura del crux de “La Llorona” (14 metros aprox.), rutas en las que primero haces el paso duro y luego proteges, en fin, como dije antes, ni mejores ni peores, solamente diferentes (y bien equipadas de acuerdo a la época en que se armaron).

Aún recuerdo mi época de Alex Honnold (mega extra recontra súper REGIÓN 4x8) en la que se me ocurrió solear “Bandidos de Río Frío” o “Socialismo o Muerte” además de varios dieces y onces fáciles, que ahora que las repetí bien encordado me pregunté… ¿En qué estaba pensando? Como también dije antes, eran otros tiempos y otras mis motivaciones. 

Con Carlos García "Mac"; a la dercha El Diedro Negro, Visión del Movimiento y Residuos Tóxcos.
En fin, seguiré buscando titularme en la materia de Escalada Deportiva durante todos los años que implique dar el “viejazo”, porque es claro que aún tengo el objetivo de encadenar 5.14c, 5.14d y lo que se deje, pero siempre es bueno mirar hacia atrás de vez en cuando y recordar lo mucho que nos gusta y nos apasiona encadenar rutas, pero sobre todo vivir aventuras.

Hasta pronto (o hasta el próximo fin del mundo J).

Con más años y menos pelo, disfrutando la vista  desde Solaris.

sábado, 30 de junio de 2012


Javier Canché, un constructor de sueños.

Dice un famoso autor que “la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace la vida interesante”, pero en tu caso yo añadiría que no se trató de un sueño, sino de la construcción permanente de ellos, tanto de los propios como de los ajenos, sin importar cuán simples o difíciles parecieran.



Recibir la noticia de tu partida, al menos en mi caso, fue tan duro como recibir la de la partida de mi padre, que si algo tienen en común más allá de que los dos se llamaban Javier y que ambos partieron a ese nuevo viaje desde Mérida, es que se nos fueron antes de tiempo y que la ausencia de uno duele tanto como la ausencia del otro.

Hace unos días, tu mamá nos pidió platicar algunas historias, anécdotas o experiencias que hubiéramos compartido contigo, hablaron algunos de tus grandes amigos mientras todos escuchábamos con atención; todas fueron historias divertidas y cómo podría ser de otra manera tratándose de ti. En cierto momento me pidió también a mi compartir algo y fue poco lo que pude decir, no solamente porque la voz se me cortaba, sino porque quería transmitir algo que realmente te caracterizara, además de lo divertido.



Estando ahí, sentado frente a todos, solamente pude decir que las historias de escalada eran muchas y entonces me limité a platicar como nos ayudaste a construir un pequeño pero ansiado sueño; fui muy breve, el más breve diría yo, pero desde ese momento me vino a la mente compartir tu verdadera esencia, la de un constructor de sueños, como dije al principio, de los propios y de los ajenos.

Porque tu esencia está plasmada en innumerables lugares y cosas, pero más allá de eso, todos los que tuvimos la fortuna de conocerte, sabemos que algo de ti se quedará por siempre en nosotros también. Construiste agarres, construiste muros, construiste rutas (entre muchísimas otras cosas que hiciste) y estoy seguro de que todos por lo menos una vez soñamos en esos agarres, en esos muros y en esas rutas.



Habrá quienes soñaron desde ser campeones nacionales, hasta quienes sueñan con ser campeones del mundo; desde quienes soñaron tener un muro en casa, hasta quienes deseamos un espacio para compartir la escalada; desde quienes escalaron una vez en su vida sin imaginar que fuiste tú quien trazó la ruta, hasta quienes llevamos más de media vida escalando y hemos soñado una y otra vez subiendo tus rutas.

Y citando nuevamente al autor “tú has sido capaz de cumplir tu Leyenda Personal, aquello que siempre deseaste hacer; porque seas quien seas o hagas lo que hagas, cuando deseas con firmeza alguna cosa, es porque este deseo nació en el alma del Universo, es tu misión en la Tierra y cuando es así, todo el Universo conspira para que realices tu deseo”. Y así fue.



Definitivamente hubo muchas historias, anécdotas y experiencias, días de escalada y de trabajo, diseñando bloques o equipando rutas, corriendo de las avispas o simplemente charlando, en Jilotepec o en Actopan, riendo o muertos de la risa, pero de todas esas historias prefiero compartir la del inicio, prefiero compartir que fuiste un gran amigo, pero sobre todo y mejor que nadie, que fuiste un auténtico constructor de sueños.


Siempre te vamos a recordar tocayo.


domingo, 20 de mayo de 2012

Mythos o Leyenda.

El Tour de los Mythos por Jilotepec.
Hay escaladores que por sus logros, sus hazañas y conquistas se vuelven legendarios, un claro ejemplo es el de Alex Huber. Con un espíritu insaciable que lo ha llevado a conquistar todo lo que se ha propuesto… rutas deportivas de altísima dificultad, escaladas extremas  en solitario, liberaciones de grandes paredes, en fin, faltarían palabras y tiempo para enumerar lo que éste escalador alemán ha conseguido durante su carrera deportiva.

Pero así como hay persona que se convierten en leyenda, también hay cosas que llegaron para marcar no una época, sino un par de décadas… con poco más de 20 años en el mercado, es el caso de los tenis Mythos de La Sportiva. Quién no ha visto imágenes impresionantes de Alex H., liberando rutas extremas de gran pared en Yosemite, calzando unos Mythos por supuesto.


Este calzado cómodo y polivalente llegó a México, pero quizá por su perfil poco radical no resulta atractivo para las nuevas generaciones, pero sin duda un tenis que en 20 años solamente ha cambiado de color, debe tener características únicas para haberse mantenido en el gusto de muchos durante tantos años.

Después de una lesión que me mantuvo “fuera de servicio” por casi dos meses, por fin llegó el momento de retomar la escalada, así que fue el momento de poner en mis pies un par de Mythos (cabe mencionar que los escogí del color original, un morado un tanto retro J). Ya habrá oportunidad de tener una mejor retroalimentación, pero en su primer día han estado más que a la altura de mis posibilidades.

Un par de 5.10 y 5.11 para calentar, extraños al principio por ser bastante simétricos (en comparación con modelos como el Solution o Python), además de que los escogí no muy apretados; después por Chaneque (5.12a) y casi de manera inmediata Nahual (5.12d); entre mi lesión y lo poco habituado a esos tenis, dude probar algo más duro con ellos, pero en Desalmada (5.12d) tuvieron un buen desempeño y por qué no, también los usé en La Llorona (5.13b), quizá no los ideales para ésta ruta, pero funcionaron bien. Y para rematar el día Masiosare (5.13b)… no me puedo quejar.

¡Contento con estar nuevamente a pie de vía!


sábado, 31 de marzo de 2012

Una mirada al presente (Parte 2)… “La Disciplina”

Como ya es costumbre me he tardado un par de meses en actualizar el blog, razones, las mismas de siempre, se cruzan cosas a diario en el camino que me ayudan a evadir el sentarme un par de horas más frente a la pantalla y el teclado. Pero hoy que me he visto un poco “forzado” a descansar por una molestia en el brazo, ha sido el pretexto perfecto para continuar con la segunda parte de la historia, quizá con la que mejor me identifico dentro de mi  teoría de la Triple “D”… la Disciplina.


No sé si su origen es genético pero en general creo que siempre ha sido así, la constancia que en algunos casos se convierte en persistencia y en algunos otros hasta en terquedad, pero que de una u otra manera suele conducir al cumplimiento de los objetivos planteados, lo cual aunque es efímero, siempre vuelve a llenar los bolsillos de motivación. Así pues, se convierte en un círculo virtuoso… motivación-objetivos alcanzados/objetivos alcanzados-motivación.


La escalada se convirtió en el hilo conductor de mi vida y desde entonces, aunque con cierto toque de monotonía, todo ha girado alrededor de ella, pero por lineal que parezca cada día de escalada es único como las rutas, como cada paso que siempre puede ser resuelto de más de una manera, algo tan simple se convierte en un mundo de posibilidades, de combinaciones, lleno de variables y de soluciones.


Como dice la canción (aunque suene a programa de TV), la escalada para mí es una “Fábrica de Sueños”… “fábrica de sueños, vertederos de historias”…  la compañía, los escenarios, el clima, la sensación de la roca, los olores de cada lugar, el sudor de las manos, nada es igual, nunca se repite la historia, ni siquiera las más de 50 veces que puedes caerte en el mismo paso son iguales y eso le da su toque especial. La escalada tiene quizá un efecto similar al de la Medusa… una vez que la miras, “te conviertes en roca”.


Y a todo esto ¿Dónde quedó la disciplina? Para mí, en el día a día, en el esfuerzo cotidiano, en la búsqueda constante, en la entrega permanente, pero no sólo eso, porque si bien el diccionario la define como “la capacidad de enfocar el esfuerzo en conseguir un fin”, lo cual pudiera ser un tanto personal,  también tiene que ver con la instrucción, con el mostrar, el transmitir y el compartir. Ahí es justamente donde vuelvo al punto de partida, la escalada ha sido, es, y seguirá siendo al menos en mi caso el hilo conductor.


Forma parte de mis hobbies, de mi trabajo y ahora también de nuestro proyecto… “TOKA la escalada” (www.tokalaescalada.com) que no se escribe con “k” porque está de moda escribir todo mal, sino porque en Náhuatl, TOKA significa SEMBRAR, así pues, literalmente quiere decir “Siembra la escalada”, donde quiera que estés y con quien sea que te encuentres, compártela… compártela con toda la disciplina que te sea posible.


¡Felices escaladas!